Se sumaron organizaciones locales llegando a tener una participación aproximada de 1500 personas.

La murga, desfile o comparsa recorrió por avenidas y calles del pueblo hasta concluir en la plaza mayor en una gran fiesta. Importantísima la participación de los niños y jóvenes quienes construyeron sus propios disfraces.

Cabezudos originales del pueblo, con más de medio siglo de antigüedad, fueron restaurados y sacados a desfilar por primera vez en muchos años rescatando así una antigua tradición.

Zancudos, malabares, acrobatas, etc... todo el imaginario fantástico del circo atravesaba todas la épocas.

Talleres de construcción de máscaras, afiches, bolantes, mantuvo ocupado durante varios dias a jóvenes del pueblo con riesgo de exclusión social. Tenía un marcado sentido terapeutico de integración y expresión personal.


El taller de diseño y confección de vestuario potenció la capacidad creadora de los participantes y su formación profesional.

La experiencia alcanzó un alto nivel de participación fortaleciendo el tejido social y generando sinerguias de autoexpresión.
San Lorenzo del Escorial
Comunidad de Madrid
1999-2000
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